Desde el noviciado Juleysi nos comparte


Casi ha pasado un año desde que regresé a Francia, para continuar mi formación, después de hacer mi experiencia comunitaria en el colegio Nuestra Señora de la Sabiduría en Ñaña. 

Este año en el noviciado nosotras somos 9: 2 del primer año y 7 del segundo año y 5 hermanas. De República Democrática del Congo 4 novicias y 1 hermana, Haití 3 novicias y 2 hermanas, Madagascar 1 novicia, Canadá 1 hermana, de Francia 1 hermana, Ecuador 1 novicia.

Entre novicias y hermanas nosotras somos 15 por el momento hasta que lleguen las pre novicias para comenzar el noviciado. 
En el mes de febrero las novicias del segundo año hemos retomado los cursos del internoviciado hasta el mes de junio.

En el inter noviciado hemos participado 15 Congregaciones 3 masculinas y 12 femeninas y todos son noviciados internacionales.

Los novicios y novicias hemos formado grupos de 6 a 7 miembros según nuestra edad, en total 8 grupos. Yo fui miembro del equipo 1. En el equipo estábamos 5 mujeres y un varón y todos de diferentes países: 2 de Cabo Verde, 1 de Togo, 1 de Camerún, 1 de Guinea Bissau y 1 de Ecuador.

En el equipo compartíamos los trabajos preparatorios, los mismos eran preguntas de acuerdo a la sesión. Además, la organización de salidas en equipo el sábado por la noche según el lugar donde el equipo eligiera.

Fue un buen aprendizaje para el discernimiento comunitario y una riqueza cultural. Casi para toda la lengua francesa no es nuestra lengua de origen, y a pesar de eso hemos logrado entendernos.

Esta experiencia de internoviciado fue para mí una gran riqueza en algunos aspectos:

-      Los temas que me ayudan a integrar y continuar el discernimiento de mi vocación;
-      El conocimiento personal;
-     La internacionalidad tanto en el internoviciado como en la casa, que me invita a gustar y seguir descubriendo mi propia cultura. Gracia a ello he podido comprender a los otros (as) y su propia cultura. Un primer paso en el amor sin fronteras.

En el mes de junio nosotras hemos hecho los pasos de nuestros fundadores, fue una experiencia maravillosa de ir a la fuente de la Congregación, de imaginarnos la experiencia humana espiritual de Montfort y María Luisa en cada lugar que hemos visitado. Estamos contentas de esta experiencia importante en nuestra formación. Me ayuda a continuar poniendo bases sólidas en mi formación y también en mi vocación.


En el mes de julio hemos tenido el retiro anual de 8 días con el tema; ser Discípulas de la Sabiduría con la hermana Claire Dumont. Este retiro me ha dado elementos para poder asumir el “Amar sin fronteras” que la Congregación nos invita a vivir.

El encuentro personal con Jesús Sabiduría, me ayuda a continuar el proceso de configurarme con Él. Me ayuda a no tener miedo a la diferencia, a lo nuevo, para poder acoger al otro, a la otra, en su diferencia, para que juntas podamos aportar y testimoniar que las diferencias se pueden transformar en un signo de unión.

Deseo demostrar que es posible hacer caer nuestros muros culturales, nuestras fronteras, y convertirnos en signos visibles para ser “hermanas de todos”, en un mundo que vive en continuo movimiento a causa de las guerras, las injusticias sociales, el cambio climático, entre otras cosas.

Juntas continuamos en este camino de contemplar, buscar y revelar a la Sabiduría.


Juleysi Jazmín Zambrano Hurtado
                                                                                              Novicia


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