Los Amigos de la Sabiduría de nuestra Delegación nos comparten
Querida congregación Hijas de la Sabiduría
Soy Norma Pérez y quería compartir con ustedes, estos años de vivencia junto a las hermanas y con los Amigos de la Sabiduría.
Empecé en el año 2012 cuando junto con mi marido Hugo, y un grupo de personas nos consagramos a Jesús por medio de María Santísima. A partir de ese momento comenzaba a vivir una linda experiencia en mi vida espiritual y corporal, ya que me consagré estando embarazada de mi hija Guadalupe que hoy tiene seis años.
Después comencé a asistir a las reuniones de los Amigos de la Sabiduría con la hermana Nanci y las demás hermanitas. Es hasta el día de hoy que continúo participando con un grupo de personas de buen corazón, de diferentes edades, y en los distintos encuentros tenemos el espacio para compartir las experiencias de vida, a veces alegres o de tristeza.
Yo me siento identificada en muchos casos, escucharlos me fortalece, porque aprendo y puedo hacerlo vida en mí, aplicándolo en lo cotidiano.
Mi experiencia vivida a través de nuestro Señor Jesús Sabiduría y también de Luis María de Montfort en estos años recorridos es de mucha alegría y gozo. En cada reunión me llevo algo hermoso, que sólo Dios me permite experimentar; nos reímos, lloramos, reflexionamos y contemplamos el amor infinito de Jesús misericordioso.
Dios bendiga a las hermanas Hijas de la Sabiduría por su entrega total a la gente, por su servicio y su amor.
¡Viva Jesús, viva los Amigos de la Sabiduría!
Empecé en el año 2012 cuando junto con mi marido Hugo, y un grupo de personas nos consagramos a Jesús por medio de María Santísima. A partir de ese momento comenzaba a vivir una linda experiencia en mi vida espiritual y corporal, ya que me consagré estando embarazada de mi hija Guadalupe que hoy tiene seis años.Después comencé a asistir a las reuniones de los Amigos de la Sabiduría con la hermana Nanci y las demás hermanitas. Es hasta el día de hoy que continúo participando con un grupo de personas de buen corazón, de diferentes edades, y en los distintos encuentros tenemos el espacio para compartir las experiencias de vida, a veces alegres o de tristeza.
Yo me siento identificada en muchos casos, escucharlos me fortalece, porque aprendo y puedo hacerlo vida en mí, aplicándolo en lo cotidiano.
Mi experiencia vivida a través de nuestro Señor Jesús Sabiduría y también de Luis María de Montfort en estos años recorridos es de mucha alegría y gozo. En cada reunión me llevo algo hermoso, que sólo Dios me permite experimentar; nos reímos, lloramos, reflexionamos y contemplamos el amor infinito de Jesús misericordioso.
Dios bendiga a las hermanas Hijas de la Sabiduría por su entrega total a la gente, por su servicio y su amor.
¡Viva Jesús, viva los Amigos de la Sabiduría!
Norma Pérez.
Buenos Aires-Argentina
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