Acompañando la vida

¿Qué es la SALUD? Según la Organización Mundial de la salud, OMS. «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». A mi entender tocaría agregar, el bienestar ecológico, cultural, económico y espiritual, si alguno de estos aspectos está débil, ya podríamos decir que esta afecta la salud de la persona.

Todo esto para decir que esta definición, nos orienta a ver que la salud es un todo en la persona. Y si miramos desde nuestra fe, la postura de Jesús, toda su atención del Reino en su vida pública, está basada en revelar el Amor Misericordioso del Padre, integrando a las personas a la comunidad – sociedad, sanando enfermos, liberándolos de espíritus impuros, y haciéndoles que hablen, que caminen, que vivan, acompaña y devuelve la Vida y la felicidad.

Agradezco a Dios y la Congregación por la oportunidad que me da, en esta nueva misión, como Iglesia desde la pastoral Social Cáritas, puedo acercarme a realidades nuevas. Concretamente a hacer un servicio de acompañamiento de procesos de apoyo a los grupos más vulnerables de nuestra sociedad, como son los enfermos. 

En estos seis meses aproximadamente en Cáritas, en la Coordinación de la Pastoral de la Salud, mi labor o servicio es técnico, de gestión y acompañamiento a los grupos o personas que ejecutan un proyecto que está en relación a esta pastoral y de crear y fortalecer la red nacional de la Pastoral de la salud, en todas las jurisdicciones o Diócesis.  

Me remonto al pasado para compartirles una inquietud muy personal. Antes de ingresar a la Congregación, encontré la historia del P. Damián de Molokai, considerado, Apóstol de los leprosos. Me tocó esta experiencia de amor y donación de vida. Ahora acompaño un proyecto que atiende a personas con esta enfermedad.  Una enfermedad que al parecer no existe en el país, y los casos son poco conocidos a nivel de estadísticas.  El estigma es tan grande, que no se ven a simple vista, de ahí el rechazo y abandono que sufren estas personas. Son casos que se presentan en cifras mayores en tres provincias del país y caso esporádicos en otros lugares. Hago el seguimiento del proyecto Cáritas Korea, para las personas que están en la fundación P. Damián en Guayaquil, y el trabajo de acogida y vista en Babahoyo. 

Puedo decir que el desconocer la enfermedad me dio cierto temor el contagio, ahora se mejor que es la enfermedad, conozco como se contagió o desarrolla la enfermedad.  Con todo lo sabido me acerco a ellos, y acepto su cercanía.  Ya no temo, les estrecho la mano, les expreso mi cariño, son mi preocupación y son mis hermanos.   Tengo la oportunidad de colaborar con el Reino de Jesús.  Que hay muchas maneras de colaborar por el bienestar de aquellos hermanos que sufren todo tipo de marginación de la sociedad. 

Pienso mucho en nuestros Santos fundadores, Montfort y María Luisa, como respondieron a los marginados y sufrientes de su tiempo, y seguro lo hicieron convencidos de que Dios los había colocado ahí, para ellos.  Yo creo también que me ha colocado en esta realidad, que el sentido del “Amen sin fronteras” se me revela allí.  Me mueve de revelar el Amor de Dios por la humanidad herida, soy consciente que no es fácil, porque solo les visito ocasionalmente, pero lo que puedo hacer, lo hago convencida que hay que implicar a otros, hay que buscar que se conozca la enfermedad, para evitar el miedo y la indiferencia.

La mayor parte de personas que se albergan en la fundación P. Damián en Guayaquil, son hombres y algunas señoras. En niños no se manifiesta, es raro un caso.  Y muchos de ellos no tienen más familia que sus compañeros de albergue y las personas que los atienden, allí mueren. Y si les preguntas de su familia, no hablan de ellos, los dejaron ahí y no regresaron. 

Conclusión: se preguntarán, ¿por qué señalaba al inicio de mi artículo, la definición de salud? Pues para que se den cuenta que este pequeño grupo de personas que padecen Hansen-Lepra, tienen afectada su salud en todos los aspectos. Y sin embargo por la atención y acogida se les ve en su mayoría, alegres, buscando de hacer algo por su vida, aun con uno o dos dedos. Pueden elaborar artículos manuales para vender y generar un ingreso para sus gastos personales, que en muchas ocasiones colocan su colecta para comprar algo de alimentos y cocinar algo diferente, que comparten la vida, que han logrado aceptar la enfermedad y sus consecuencias.  Que sienten afecto por los otros, que son familia con otros que viven y padecen lo mismo. 
Gracias por sus oraciones y cercanía, les pido colocar en sus oraciones a estos hermanos que les tocó vivir con esta enfermedad. 

Hna. Silvia Parra hdls




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