Testimonio de una joven en acompañamiento vocacional



Bueno, esta misión de Penipe fue muy, pero muy hermosa. Junto a las Hijas de la Sabiduría presente en Ecuador, llegamos a la casa de las Hermanas Franciscanas de la Caridad y todos los chicos discapacitados se acercaron muy emocionados a saludarnos.
En lo personal, sentí miedo ya que no sabía si se podían controlar solos. Pero con el pasar del tiempo ya les fui conociendo y la verdad son unos niños muy tiernos. Ahí me di cuenta que no es necesario lo material, ellos sin tener muchas cosas materiales son felices.
A mí me toco cuidar a una niña que se llama Carmen, todo el tiempo está en su silla de ruedas, es muy tierna.
En esta experiencia con los niños discapacitados y en la comunidad de las Hermanas Franciscanas de la Caridad, hice cosas que no había hecho en mi casa, como cambiar pañales, dar de comer a un discapacitado, entre otras.
También fui a la casa donde acogen a los ancianitos, donde compartimos la vida, algunos abuelitos son muy tiernos.
Les recomiendo a otros jóvenes que, si quieren encontrar a Dios, deben acudir a una misión. Esta experiencia te cambiará la forma de pensar y de ver la vida.

Erika Quimbita.

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