¡JUNTOS AMEMOS, VIVAMOS Y PROCLAMEMOS “LA SABIDURÍA”


ENCUENTRO INTERNACIONAL DE LOS AMIGOS DE LA SABIDURÍA

CON LA SABIDURÍA, ¡SEAMOS PROFETAS DE ESPERANZA! -

¡JUNTOS AMEMOS, VIVAMOS Y PROCLAMEMOS “LA SABIDURÍA”

Quiero empezar dando gracias a Dios por esta gran bendición de llevarme por este lugar santo donde nació, vivió y obro San Luis María de Montfort y María Luisa Trichet. Gracias también a todas y cada una de las hermanas Hijas de la Sabiduría por su cálida acogida; pude ver en cada una de ellas que con amor disponían todo para que se realice cada actividad durante los días del encuentro, poniendo atención en cada detalle, muy agenciosas, siempre risueñas, muchas veces ocultando el cansancio, prestas a solucionar las necesidades de cada amigo de las diferentes delegaciones de los países que acudimos, facilitándonos todo para que estemos bien, y aprovechemos el tiempo. Nos contagiamos de su amor, fe, esperanza y libertad.

No me alcanzara el tiempo que me queda de vida para agradecer Dios y a ustedes queridas hermanas Hijas de la Sabiduría por permitirme conocer una parte de paraíso creado por Dios Sabiduría Eterna.

Sentimientos encontrados invadieron mi ser: alegría, tristeza, rabia por momentos pues el idioma me impedía comprender bien en su totalidad y fue un limitante para poder socializar. Pero lo que para mí como humana se me hacía difícil Dios poco a poco se hizo presente sentí su compañía. Entendí que para Dios no existen barreras y que si nosotros nos abandonamos a él todo es más fácil. Dios Sabiduría conoce todos los idiomas, soy criatura creada por él, conoce cada parte de mi ser me acepta como soy con mis limitaciones, mis miedos, mis carencias, mis fragilidades; estoy segura que poco a poco me va a fortalecer y me va a instruir.

Tener un deseo ardiente por conocer la sabiduría de Dios es lo que los hizo grandes a María Luisa y Luis María de Montfort; el obrar otro motivo para estar en los altares y todos quienes estamos siguiendo su caminar debemos buscarla, llamarla hasta encontrarla. Dios nos escucha, espera que acudamos a su llamado, nos atrae y yo debo abrir mi mente, oídos y corazón, extender las manos, caminar, ponerme a su disposición, tenerlo como prioridad de mi vida, servirle, complacerle es como debo demostrar mi aceptación y gratitud por el amor que me da, a su vez entregar lo que recibo a quienes están carentes de todo esto.

Abandonarme y darme por completo sin esperar nada a cambio como Jesús lo hizo hasta dar su vida por nosotros.  María Luisa y Luis María de Montfort mantuvieron a Dios en su corazón, vivir para Dios, ver el rostro de Dios en el hermano en el más necesitado, en el pobre, en el enfermo, en el que sufre, el abandonado, en el que se ha alejado de Dios, en el que no le conoce, en los que no creen. Esto es lo que siento que Dios quiere de mí.

       Miriam Salazar 
Amiga de la Sabiduría     





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