Los amig@s de la Sabiduría en Argentina.
En 1997 por la celebración del quincuagésimo aniversario de la canonización de San Luis María de Montfort, la Congregación recibió del entonces Papa Juan Pablo II una hermosa carta recordándonos el legado espiritual que nos dejó. ¡Me arriesgo a decir que como yo todas nos sentimos orgullosas de tener tal tesoro, reconocido y apreciado por el Papa del momento!.
Su invitación para difundir la Espiritualidad montfortiana a las diferentes culturas caló profundo en nuestros corazones y nos alentó para compartir su riqueza con los laicos con los cuales ya estábamos en contacto desde mucho tiempo.
En el año 2001 conformamos el primer grupo de Amigos de la Sabiduría y ofrecemos a los que quieren, la posibilidad de conocer a nuestra Familia Espiritual.
Quienes integran los grupos representan una variedad amplia de cristianos en búsqueda. Muchas personas y vienen comprometidas desde ya en un grupo Parroquial y quieren profundizar su Fe. Otros conscientes de todo lo que les falta saber para vivir mejor su vida cristiana, necesitan un grupo donde pueden aprender.
Dos modalidades existen en Argentina: los que comienzan a participar como Amigos de la Sabiduría y su proceso culmina con la Consagración a Jesús por medio de María o aquellos que se prepararon durante algunos meses para consagrarse y luego de la consagración manifiestan el deseo de continuar en el grupo de los Amigos de la Sabiduría.
La segunda modalidad es por lo general lo más común aquí en Argentina. Es necesario adaptarse a la idiosincrasia mariana de la gente. Las personas que forman parte de nuestros grupos de Amigos son las personas que ya conocen a nuestro Fundador y tienen una gran devoción a María porque participan de los grupos de la Legión de María que ocupan un lugar importante en la Pastoral Parroquial
Es una oportunidad no solamente de expandir nuestra espiritualidad pero
también de colaborar al nivel pastoral ayudando a que la devoción a María
logre su verdadero propósito “llegar a
conocer a Jesús como Sabiduría de Dios”.
Tenemos la satisfacción de constatar que viven un camino de transformación que les lleva de a poco a identificarse a nuestra Espiritualidad. Es una gran alegría y satisfacción poder dedicarse a transmitir nuestra Espiritualidad y siempre he experimentado felicidad y plenitud haciéndolo.
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