Intentando ser sabiduría desde el economato



La misión específica que me ha confiado  la Sabiduría en la Delegación, es prolongar su Encarnación desde el servicio del Economato. ¿Qué vivo en este lugar de misión? Primeramente subrayo, es un servicio discreto, escondido; el entorno (el pueblo) casi no lo nota, muchas hermanas se preguntan ¿qué se hace en la oficina?  A veces se tiene la impresión de que  el tiempo sobra… es una realidad poco conocida y lo será hasta que no se tenga la experiencia. Sólo les digo que la misión desborda.

Sin embargo la que misiona aquí, sabe de qué se trata, porque la vive; lo importante es no perder de vista a Jesús Sabiduría y a los pobres, ellos son los que dan sentido a lo que sé es y a lo que se hace. 
Dentro de estas cuatro paredes, se navega entre papeles, en internet, se interactúa con la hermanas responsables de la Congregación, con las hermanas de las comunidades, con la asistenta de oficina, con profesionales diversos,  con Instituciones diferentes; se trata de ser sabiduría en el corazón del mundo, en una realidad llena de “sabiduría mundana”, cuantas veces he sentido indignación frente a las injusticias, a la falta de humanidad, a la corrupción enquistada en las instancias sociales, muchas veces he hecho escuchar mi voz y asumido una postura , otras veces he callado por prudencia, pero elevaba mi oración a Quien todo lo penetra y todo lo puede, confiándole dicha situación.

La misión también me ha prodigado experiencias edificantes, el encuentro con las hermanas, sea en la oficina o en las comunidades durante las visitas me llena de alegría, pues compartimos la vida económica de la comunidad, también he sido testigo de sus sufrimientos.  Me he sentido en misión con las hermanas, cada vez que tratábamos asuntos relacionados con la promoción de los pobres, buscábamos de cómo hacerlo. 

Esta misión me ha ayudado a afinar mi sensibilidad con el que necesita, me he alegrado con sus logros, he llorado por aquellas realidades que no se podía cambiar, por mi impotencia de no poder ayudarlos.

Otra dimensión vivida en esta  misión, es la consciencia que he adquirido en el cuidado de los bienes materiales, patrimonio de la Congregación; mi visión ha cambiado  de lo meramente material a una mirada mística de los bienes, los veo como regalos, dones de la Sabiduría, que por  amor nos lo ha dado, para cada una de nosotras, que hay que cuidar,  ellos nos sirven para la misión y para nuestro sustento.

Reciban mi abrazo sincero y fraterno.
                                                                     
María Asunción de Jesús
                                                                                       Tesorera de la Delegación María Luisa 

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