Palabras de la hermana Rosa Amelia Canicoba, ante la tumba de la hermana Carmela
Jesús, Sabiduría del Padre, Sabiduría
Encarnada, te decimos hoy, que éste es un nuevo abrazo tuyo en forma de cruz al
llevarte a Carmela, nuestra hermana. Hace pocos días nos abrazaste al llevarte
a Florencia. Como Hijas de
Montfort y de María Luisa, como Delegación de Hijas de la Sabiduría, esperamos
de Ti una respuesta… ¡Muéstranos el camino, en la noche ¡háblanos, míranos!
La
pregunta que te hacemos es: ¿Qué esperas de nosotras, ante estos
acontecimientos que tocan profundamente nuestros corazones? Hoy, ante la tumba de Carmela, nos creemos
escuchar tu voz:
-Tú sabes que
Carmela fue una de las hermanas que animó y fortaleció la vocación de varias de
nosotras en estas tierras latinoamericanas, especialmente vocaciones peruanas.
La hemos admirado en sus gestos concretos y muy inculturados, encarnados, desde
su opción por los pobres, por los marginados y sufrientes. Comprometía con sus
propias acciones a los laicos y laicas en tu misma causa, la de tu Reino de
Justicia y de Vida digna. En las épocas más difíciles de violencia vividas por
el terrorismo, te acordarás Jesús, Sabiduría Encarnada, que Carmela gritaba con
fe: ¡Y la Vida Vencerá!
- Tu le diste a Carmela un sentido profundo de caridad fraterna y de búsqueda de comunión entre las hermanas, entre la familia Monfortiana, entre el pueblo, en la Iglesia. Y aunque no siempre lo lograba por lo menos lo intentaba....
- Tu Jesús diste a Carmela un ardiente deseo de vocaciones para tu Iglesia, y ella fortaleció con entusiasmo y compromiso varias de ellas, religiosas y sacerdotales, durante su vida...
Creo que nos pides...vivir reconciliadas, dar iniciativas humildes y valientes de comunión, de empatía, de confianza de un@s con otr@s.... y animar vocaciones con nuestro propio testimonio de vida, entregadas, alegres, y siempre apasionadas por Jesús y María...
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