De la selva a la sierra

Esta historia empezó el 31 de enero de este año 2017, cuando compartía a mis Hermanas, en asamblea, un poema mío: QUIERO VIVIR…, Ese mismo día, en la tarde, me dice la Hna. Delegada, en nombre de su Consejo, que debo dejar la selva y que más tarde me dirán dónde voy a ir. Recordé el pasaje de Abraham cuando Dios le dice, deja tu casa y tu pueblo y vete hacia el lugar que te voy a indicar.
 En esos momentos sentía que Dios me lo estaba diciendo a mí: Esther, deja la selva y la misión que te había confiado y vete a Huánuco, allí te espero con otra misión. En este cambio externo, bien notorio, por el cambio del paisaje de la selva a donde estoy ahora, en la sierra, me ayuda mucho una frase, que, traducida del francés, dice lo siguiente: “el espacio toma la forma de tu mirada”. Todo depende de mi mirada interior y cómo voy dando forma a todo lo que contemplo y vivo. En este tiempo me está ayudando mucho esta frase; y les comparto que soy feliz y agradezco a Dios esta nueva oportunidad que me da de vivir en este lugar y con esta gente; así como a la Congregación que sigue optando, al estilo de nuestros fundadores, por aquellos que no cuentan mucho a los ojos del mundo. “Aquellos que el mundo desprecia, deben ser sus preferidos “, nos dice Montfort a cada Hija de la Sabiduría.

Antes viví en Tingo María, con niños sanos y llenos de vida, de ellos recibía mucha energía cada mañana en el jardín. Ahora es bien diferente, tengo niños en silla de ruedas o con dificultad para andar y expresarse; también adultos con hemiplejia y cuadriplejia y otras dolencias físicas, pero les aseguro que también siento una inmensa alegría y la misma energía, el mismo amor…. Solo cambia la manera de expresarlo, no pueden correr, ni hablar; pero sonríen, gritan de alegría aun en medio de su situación. Pienso en Evelyn y en Jadir, la alegría de encontrarse en el centro de rehabilitación, su lenguaje para manifestar su contento de verse, lo hacen con el grito y la sonrisa. Lo mismo ocurre con
Estevin de 3 años; y qué decir de la alegría de Clever, que a sus casi 40 años está dando los primeros pasos después de un accidente hace 2 años. El otro día estábamos todos felices de verle dar sus primeros pasos en andador…. Su alegría es nuestra alegría. También recuerdo el pasaje del evangelio, “te doy gracias Padre, porque has revelado estas cosas a los pequeños y sencillos…” y la frase de la M. María Luisa, primera Hija de la Sabiduría, “Si fuera tela me daría a los pobres “.

En la comunidad de Huánuco somos 3 Hijas de la Sabiduría, estoy aquí desde el 2 de abril. Trabajo en el centro de CREVAL, CENTRO DE REHABILITACIÓN DE LA VIDA. ANGELO LONGHI -DIOCESIS DE HUANUCO, PERU.



Desde el 2 de mayo asumí la coordinación y la administración del centro, trabajamos varias personas: profesionales, practicantes y voluntarios. Está abierto mañana y tarde. Tenemos una capilla con Sagrario y los lunes todo el personal hacemos un tiempo de oración. En ella ponemos nuestra realidad y la del mundo, al igual que la de los pacientes que recibimos.

Contamos con un médico traumatólogo y una psicóloga. Prestan sus servicios una vez al mes y la psicóloga viene cuando es necesario y hay pacientes. Veremos, más tarde, si puede ser cada 15 días. Estamos haciendo gestiones para conseguir un neurólogo. 
Doy gracias a Dios y a quien creo este centro, P. Tadeo, Misionero Montfortiano y a nuestras Hermanas, que siguieron la obra, especialmente a las hermanas Julia Luisa, Carmela y Laura. Tenemos varios sueños para este centro, pero todo lleva su tiempo, lo importante es ir sembrando la semilla en tierra buena, como nos hace mención hoy el evangelio de este domingo 16 de julio. En este tiempo estoy conociendo la realidad del lugar y de las familias; estoy empezando a visitar a algunas. Hay situaciones en las que el corazón se encoge ante el dolor humano, cada enfermo y familia es un espacio sagrado donde debemos entrar con mucho respeto y cariño, para que se sientan en familia y así vayamos formando esa linda fraternidad donde todos aprendemos de todos y nos sintamos unidos en la situación que nos toca vivir.
Solo me queda decirles y pedirles, a quienes lean este testimonio, que oren por nosotras y por todos los que queremos hacer un mundo feliz junto a personas con capacidades diferentes.


                                                                                                       Esther, López Fernández hdls                                                          
                                                                                                     Huánuco - Perú


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